El problema no es que entreviste a una actriz porno cubana, ni que se hable de pornografía, cosa que sucede en todas partes del mundo. No tengo ningún problema con eso. El tema es, que como sabemos y como plantean Aldo Rosado Tuero y Dionisio de la Torre, la función de Radio y TV Martí no es ésa, ni los impuestos de los norteamericanos deben ser usados para tales engaños. Hay más pornografía en la confeccion de esos programas que en la actriz porno y en su trabajo, que es hoy en día un trabajo como otro cualquiera.
En cuanto a la bandera cubana, no me molesta para nada que esté encima de un bello cuerpo de mujer, al contrario, me molesta más, siendo ya el trapo para lo que ha quedado y en lo que lo han convertido, que alguien que se dice disidente u opositor, la arrastre por el piso y se mee y se pajee en ella, como ha sucedido (por mí que lo haga, es su libertad de hacerlo, pero que no me lo venda como patriotismo, ni como acto heroico), y después venga a hablarnos de moral política a los que vivimos fuera.
La dictadura castrista ha rebajado a José Martí, y a los símbolos históricos cubanos, a una utilización por aburrimiento y desidia, que los que los asumen como lucha propia lo confunden con la irreverencia artística e intelectual y hasta con el mismo patriotismo que tanto deploran. ¡Bah!
No me extraña nada de lo que está pasando en Radio y TV Martí en algunos aspectos, ¿no lo dirigen los que antes estuvieron en El Nuevo Herald y fueron -como en Cuba- tronados para arriba? Esos aspectos, que ya van siendo numerosos y muy ultrajantes para los exiliados, puesto que todo forma parte de un plan, no tienen nada que ver con la libertad de la isla, lo reitero. Y es que como no pudieron explotar Radio y TV Martí en un acto terrorista como quisieron y planearon en el pasado, pues en la actualidad lo están explotando de otra manera. Y así mismo harán con todo.
No encuentro para nada gracioso que se confunda el erotismo, el libertinaje, el sexo, el deseo, el placer, con la prostitución, y mucho menos que una institución como Radio y TV Martí promueva entre las jóvenes cubanas, como posible futuro, la prostitución. Es una verdadera vergüenza. Ni siquiera en China, donde tanto se explota el sexo, los falsos opositores, que los hay, han conseguido que una radio en el corazón del supuesto enemigo, les haga la propaganda mejor que lo que se la está haciendo Radio y TV Martí al castrismo. Y estamos hablando del imperio asiático.
Yo le recomendaría una vez más a Juan Juan Almeida, sin nada personal, pero en aras de la justicia y de la verdad, tal como le dije por teléfono directamente, que cuente de una vez lo que le hizo Raúl Castro con él cuando era niño, tal como lo ha insinuado en varias ocasiones, sin sincerarse de manera clara, en lugar de usar a las mujeres cubanas para promover el peor producto del castrismo: La prostitución ideológica.
Creo que tanto Radio y TV Martí, como la Ley de Ajuste Cubano, deben ser seriamente revisados.
Zoé Valdés.
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